Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
HISTORIA DE LA NACION CHICHIMECA



Comentario

Historiografía e ideología en la obra de Ixtlilxochitl


Si se examina con detalle la Historia de la nación chichimeca se llega a la lógica conclusión de que nos encontramos ante un escrito que, aunque se base en informes de origen nahuatl, está estructurado y pensado por una mentalidad europea.

En la obra de Alva se notan, lógicamente, influencias indígenas --por ejemplo, el iniciar la narración de los acontecimientos con la creación del Mundo--; pero las dos lecturas que influyeron decisivamente en la mentalidad del tetzcocano fueron la Biblia y la Crónica general de España, obra atribuida a Alfonso X el Sabio y publicada a fines de 154175.

El influjo del Antiguo Testamento se observa en la correspondencia entre determinados personajes bíblicos y los protagonistas de la Historia de la nación chichimeca. Por ejemplo, el tirano Tetzozomoc se identifica con Herodes y Nezahualcoyotl, el sabio tlatoani de Tetzcoco, con David.

El paralelismo resulta tan extraordinario que, sin el menor género de dudas, Ixtlilxochitl estructuró acontecimientos reales prehispánicos a partir de las narraciones judaicas.

El caso más claro me parece el de Nezahualcoyotl, el David de Mesoamérica. Pero cedamos la palabra al propio Alva:

... viéndole [a Nezahualcoyotl] Quaquauhtzin, señor de allí y uno de los catorce grandes del reino, le salió a recibir y lo llevó a sus palacios, en donde le sirvió con comida ... y para más regalarle quiso que en la mesa le sirviese Azcalxochitzin señora mexicana ... que este señor criaba para tomar estado con ella y ser su mujer legítima... El rey cuando vido aquella señora, que era su prima hermana, tan hermosa y dotada de gracias y bienes de la naturaleza ... le robó el corazón y disimulando lo mejor que pudo su pasión, se despidió de este señor y se fue a su corte, en donde dio orden con todo el secreto del mundo (sin jamás dar a sentir sus designios) de mandar quitar la vida a Quaquahtzin por parecer mejor su hecho, y fue de esta manera: despachó a la señoría de Tlaxcalan un mensajero ... a decir que a su reino convenía que fuese muerto Quaquauhtzin ... por ciertos delitos graves que había cometido, y para darle muerte honrosa pedía a la señoría mandase a sus capitanes lo matasen en la batalla76.

La mentalidad que subyace en las páginas del escrito del tetzcocano es, asimismo, europea. Ixtlilxochitl, siguiendo las directrices imperantes en la historiografía hispana de la época77, nos ofrece una visión providencialista de la Conquista. Una de las anécdotas más pintorescas se refiere a la resurrección de una princesa tarasca, que impidió una alianza antiespañola de tarascos y mexicas78.

Otra manifestación de la ideología castellana de nuestro cronista reside en su mesianismo, aprendido durante los estudios de Ixtlilxochitl en Santa Cruz Tlatelolco.

Cierto que son muy de notar y considerar las maravillosas obras de Dios nuestro señor, y el muy gran orden y misterio que en sí tienen, y para qué fin las hace y dispone; entre las cuales son muy de notar los nacimientos tan extraños de algunos príncipes como fue el de este infante Ixtlilxochitl, que fue casi a los dos meses primeros del año 1500, al tiempo y cuando en la ciudad de Gante nació el felicísimo y poderosísimo emperador Don Carlos (de gloriosa memoria) nuestro señor; pues ambos fueron instrumento principal para ampliar y dilatar la santa fe católica. Y no es menos de considerar el muy dichoso nacimiento de Don Fernando Cortés, señor marqués del Valle, que fue en el 1485, quince años antes y al tiempo y cuando nació el perverso Martín Lutero: éste para contaminar y deshacer nuestra santa fe católica y sagrada religión, y aquel para ampliaría como se verá en el discurso de esta historia79.

Paralelismos similares se encuentran en la obra de fray jerónimo de Mendieta, el principal portavoz del milenarismo apocalíptico novihispano80.

Una concepción providencialista de la gente cortesiana, que justifica la Conquista como un castigo divino por las sangrientas idolatrías de los mexicanos81, no puede, lógicamente, juzgar negativamente la acción de los castellanos. Ahora bien, nuestro cronista pretende ser objetivo y para ello renuncia expresamente a manejar informes españoles.

... todo lo demás que he escrito y adelante escribirá es según las relaciones y pinturas que escribieron los señores naturales recién ganada la tierra; que se hallaron en los lances acometidos en aquellos tiempos82.

Tarea difícil ésta de buscar la imparcialidad cuando los datos se sacan de manuscritos redactados por vencidos, tan tendenciosos --y no creo que nadie me lo discuta-- como los de los vencedores. Y sin embargo, lo consigue, Así, Ixtlilxochitl no duda en acusar a Hernán Cortés de dar una horrible muerte al inocente Cuauhtlatoa, señor de Coyoacán, cuyo único delito fue poseer demasiadas riquezas83. Pero tampoco titubea en exculpar a los castellanos de la matanza del toxcatl, una hecatombe que, al decir de Jordi Gussinyer, fue cuidadosamente planeada por don Pedro de Alvarado84.

... fue que ciertos tlaxcaltecas ... acordáronse que en semejante fiesta los mexicanos solían sacrificar gran suma de cautivos de los de la nación tlaxcalteca... y fueron con esta invención [la rebelión de los tenochca] al capitán Pedro de Alvarado85.

Después de presentar los datos, debemos replantearnos la pregunta que encabezaba el apartado anterior. D. Fernando de Alva Ixtlilxochitl, ¿historiador indígena, historiador español? Personalmente me inclino por la segunda opción. El tetzcocano presenta todas las características de un cronista de mentalidad y formación hispana. Anotemos esta observación, esencial para definir la Historia de la nación chichimeca.